Los otros días fui al cine y me ocurrió algo simpático (no sé exactamente si esa es la palabra, pero no importa let's stick to it). Primero la pelicula que tenía la intención de ver no la estaban dando porque a alguien con algo de poder en el cine se le ocurrió que era una buena idea cambiar la cartelera a último momento y cagar a todos los que fueron a ver esa pelicula en particular. Tal vez fue el director de la pelicula que pusieron en lugar de la que yo quería realmente ver que decidió pagarle a alguien para que hiciera el cambio y todo el que fuera a ver una pelicula que obviamente no era la suya termine viendo exactamente la suya... Bueno volvamos a lo que interesa. El punto, nunca hay que perder de vista el objetivo.
No sabía qué pelicula iba a ver así que fui a buscar el programa de cine a ver cuales eran mis opciones (que finalmente se redujeron a una mísera opción pero no importa eso es solo mi vida...). Agarré el programa y resulta que una señora estaba con su adorable hijita buscando un programa. O tal vez la niña solo estaba divirtiéndose con los programas... Así que la nena tiró unos cuantos al piso y los iba a juntar... pero la madre no la dejó. ¡Del piso no! le dijo como si fuera a hacer algo sumamente prohibido, como si el daño que le fuera a hacer juntar unos papeles que ella misma había tirado la fuera a matar. Yo me fui corriendo, no sea cosa que me fuera a perder la pelicula que no quería ver. Quedé impactada, sobretodo porque tengo el presentimiento que nadie junto esos tristes programas que la nena tiró y la madre no dejó recoger.
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