miércoles, 28 de diciembre de 2011

las Navidades del Grinch #5

Este año el Grinch descubrió que ya no le gustan las Navidades. Es como que a esta altura de su vida el Grinch se dio cuenta que siempre espera demasiado de una fiesta que siempre lo va a desilusionar. Dice que es culpa de sus padres porque es lo más rebelde en lo que pudo pensar y porque cuando no era más que un niño le hicieron creer que era un momento especial y siempre trataron de que lo fuera. Siempre tenía regalos envueltos en el arbolito a las doce, se reunía con la familia y comían asado y ensaladas. A medianoche se felicitaban y alguien tiraba cohetes.
Pero bueno, desde que el Grinch descubrió que Papá Noel es más humano de lo que parece, las Navidades ya no son tan divertidas. Ahora el Grinch, horas antes de Navidad , busca desesperado por su casa objetos con etiqueta que puedan pasar por nuevos para envolver y autoregalarse. El año que el Grinch olvidó de hacer esto, no recibió ningún regalo pero no lloró ni se sorprendió. Decidió que era la vida, pero que no quería que sucediera de nuevo.
Ya no comen más asado. Resulta que es muy caro, dicen que el que compra un cacho de fiambre hoy se come hasta el piolín... No es práctico. Hay que lavar muchos platos, que sé yo... Y bueno... ahora se celebra con una mesa fría, solo las ensaladas sobrevivieron. Ahora que dejaron de comprar chasquibum y bengalas el tema de los fuegos artificiales no es lo que supo ser...
Hoy en día el Grinch no puede decir más que una cosa acerca de la Navidad: solo quiere que termine.

lunes, 19 de diciembre de 2011

carry on

Esto es una historia real. Le pasó a Lou una vez que se fue de viaje con su madre. Una señora muy especial, pero de todas formas ¿qué madre no es una persona especial? Entonces, cuando Lou estaba volviendo del viaje con su madre, pararon en el Duty Free Shop. A la madre de Lou le estorbaba el carry on por lo que lo dejaba abandonado de vez en cuando mientras miraba cosméticos. Pero de repente un señor se le acerca a la madre de Lou y le dice señora, discúlpeme voy a agarrar mi carry on. Resulta que la madre de Lou había confundido su carry on con el del señor. Lo peor fue que el suyo era rojo, el del señor no tanto. Era negro. 

sábado, 3 de diciembre de 2011

qué embole

Lou siempre pensó que era un embole ser mujer, que ser hombre era más fácil. Todo es más simple para ellos, desde las relaciones donde las mujeres somos más yeguas hasta la forma de emperifollarse. Ellos no se deforman los pies usando tacos, ni se pintan la cara antes de salir.
Pero hoy, Lou se dio cuenta que lo que debe ser un embole es ser hombre. Ponele que si sos mujer y tenés algún complejo por tener una estatura tirando a baja, podés estilizarte con unos tacos. Ponele que si estás un poco excedida de peso podés tratar de disimular con una faja. Ponele que si tus pestañas no son tan largas ni abundantes podés ponerte un poco de máscara y ya está. Ponele que tu piel no es perfectamente tersa y suave podés usar base. Pero un hombre no. Un hombre no puede ponerse rimmel ni pintarse los ojos sin correr el riesgo de parecer una drag queen. Un hombre no puede tapar imperfecciones con base, ni jugar a ser alto usando tacos. Un hombre no debería usar faja. ¡Qué duro debe ser ser un hombre feo! ¿Con qué te arreglás? ¿Tirándote abajo de un camión?