domingo, 27 de septiembre de 2009

rutina

El hombre, quiera o no quiera, siempre va a ser un animal de rutina, al igual que es un animal social. Aunque sea la rutina de la no rutina. Hasta el no hacer nada implica una rutina. Es obvio que hay personas a las que les molesta más que a otras alejarse de la rutina pero de todas formas todos tienen una rutina. Hasta hay una rutina de despedida. Por ejemplo podría ser ir al aeropuerto, charlar de cosas banales por un rato, hacer el check in y esperar solo al abrazo final para dejar correr unas lágrimas, pero no muchas. También hay una rutina en la comida al dejar lo más rico para el final o cualquier otro rito que uno puede tener.
Lo que a mi me preocupa hoy por hoy es lo rápido que pueden cambiar estas rutinas. Ni bien te acostumbras a lo que te toca, lo aceptas, hay una amenaza de ruptura. Todo cambia, y hay que adaptarse otra vez. El ejemplo más clásico podría ser el de las vacaciones, ni bien te adaptas, asumís que podés hacer lo que querés pero igual te terminás durmiendo y despertando más o menos todos los días a la misma hora y haciendo practicamente las mismas cosas (ir a la playa, almorzar, echarse una siesta, volver a la playa, cenar...) resulta que se terminan las vacaciones y uno vuelve a sus quehaceres originales y cambia de rutina.
Me adapté al segundo semestre de clases y ahora, como si nada, tengo que pelearla para ver si mi rutina va aseguir siendo la misma y todo porque llegó el período de parciales. No quiero verme obligada a tener que cambiar de rutina (eso significaría que no me fue bien en los parciales).
No hay que engañarse, aunque uno jure y perjure que su vida no es rutinaria, está mintiendo. Siempre lo es, aunque sea en lo más mínimo.

martes, 22 de septiembre de 2009

consejos

¿Por qué la gente pide consejos cuando no le interesa tu opinión? No sé si es que quieren sentirse mejor con su propia decisión, hacerte creer que sos indispensable en el mundo o simplemente quieren hacerte gastar saliva. No sé pero realmente si no te interesa mi opinión y a mí en realidad me es indiferente lo que hagas para qué preguntar. Todo bien si no me hacés participar. Prefiero no tener que pensar (o mejor dicho pensar lo mínimo indispensable) y menos en cosas que realmente not interested!

lunes, 21 de septiembre de 2009

primavera

No entiendo lo que quiso decir Calamaro cuando dijo que más quisiera que pasar la vida entera como estudiante el día de la primavera. Definitivamente soy estudiante el día de la primavera y niet. No siento nada en especial. Tal vez es porque no me pasé estudiando...

sábado, 19 de septiembre de 2009

déficit

Hoy por hoy estoy experimentando un gran déficit de películas. Explicito mi problema. No encuentro películas para ver. Las que son mirables, potables, no tóxicas ya las vi y no una sino varias veces. Las que no son mirables son básicamente películas de terror de medio pelo o comedias rómanticas y dramas de muy bajo presupuesto o un cine arte muy artístico para mi simple mente pueblerina.
Todas las películas que me llaman la atención no se estrenaron todavía y eso que vi las sinópsis en el cine hace varios meses ya. Ya sé que existen, me muero por verlas pero se hacen desear, se hacen las lindas y me da rabia!
Últimamente no vi una película digna de ser recomendada. Creo que lo único que me motiva a seguir buscando es el pop acaramelado...
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Cualquier recomendación es bienvenida...

jueves, 17 de septiembre de 2009

adicción

- Me llamo Lou y tengo un problema. -admití con los ojos vidriosos.

- Bienvenida Lou. - dicen al unísono los otros miembros del grupo de autoayuda.

- Mi historia es simple. Todo empezó hace aproximadamente dos años cuando por primera vez se me descamó una uña. La manicura me explicó que tenía las uñas débiles y me las pintó con brillito. Pasaron unos días se me saltó el brillito, me lo saqué y me olvidé del tema hasta que se me volvieron a descamar, ahora ya no era una uña eran diez. Empecé a desesperar pero pensé: seguro que ponerme un brillo fortificador no puede hacer mal... La solución con mayúsculas no fue pero era mejor que nada... Cada tres días tenía que repintarlas porque se saltaban pero igual, no era grave porque como no era más que brillo sin color no se notaba tanto.
Después llegó el verano y mi madre me compró esmalte rojo para los pies (las madres y las modas o lo que creen que está de moda...). Era verano, yo de vacaciones; empecé a usarlo en las manos. De más está decir que eran esmaltes de mala calidad así que cada tres días a destapar el acetona para repintar... Hasta ahí la adicción estaba bastante controlada, el rojo duró solo en verano. Empezaron las clases, me volví a ocupar y mis uñas quedaron descuidadas nuevamente, solo un brillito fortificador de vez en cuando. Un día fui a la manicura y le hablé de mi problema. Me recomendó una pocíma especial que iba a hacer maravillas, y las hizo, así que mi probelma estaba resuelto pero yo ya era una junkie.
Volvió el verano y las vacaciones en la ciudad y el tiempo libre y el aburrimiento y mi adicción se hizo más grande que nunca. Un día mi madre (a esta altura de mi historia se habrán dado cuenta que tiene mucho que ver con mi situación actual) me compró un esmalte rosado, fucsia mejor dicho y lo probé y me gustó pero claro cada tres días a cambiarlo se ha dicho. Después llegó el magenta y el bordeau y un rojo sangre y un rosa más opaco y mi adicción se fue al carajo.
Empecé la facultad y todo fue muy difícil y la única persona que me habló fue para preguntarme por mi esmalte, así que creí que si tenía las uñas al desnudo nadie iba a dirigirme la palabra y mis años ahí no iban a ser más que un largo silencio. No me sentía cómoda al natural, necesitaba color.
Otro factor importante en mi adicción fue una mala compañía que yo solía tener que tenía problemas más graves que yo con el esmalte. Ella se llegó a pintar cada uña de un color diferente y me alentaba y felicitaba cada vez que tenía un color nuevo en mí.
Una amiga que vive en el extranjero venía de visita durante el invierno y me preguntó qué quería que me trajera de regalo y lo único en lo que pude pensar fue en esmaltes de colores divertidos, cuanto más pop mejor. Me trajo un violeta, un verde y otro azul y me planteó mi problema.
Llegué a disfrutar exhalando el olor a esmalte como si fuera mi cemento. Ella me hizo ver que esto no es normal. Yo no quise aceptarlo. Aseguré que el problema residía en la mala calidad de los esmaltes que tenía y me compré unos de buena calidad (gasté toda mi mesada en ellos). Dejé de salir por un mes por su culpa pero me di cuenta que a pesar de que ahora el cambio era necesario después de una semana, yo quería efectuarlo antes porque quería cambiar el color, me aburría 7 días en el mismo tono...
Otro problema que surgió durante mi adicción es que yo soy una persona muy perfeccionista entonces si una uña está apenitas saltada ya tengo que sacarlas todas y empezar de cero.
Hoy que me di cuenta de mi problema, quiero tratar de solucionarlo. Hace ya tres horas que no me pinto las uñas, ni aspiro esmalte o acetona. Espero que con mi voluntad y su apoyo voy a volver a ser yo, la de antes de las uñas débiles.

- Gracias Lou, una historia muy conmovedora. Realmente muy lindo que hayas compartido tu adicción con el grupo, todos entienden lo que estás sufriendo y lo difícil que fue para vos dar este primer paso. - dijo la coordinadora del grupo con lágrimas en los ojos y muchas ganas de apoyarme en mi lucha.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

pecado original

Abandonaron el paraíso por una manzana. Una manzana. Sí, señor una manzana. Ni un kiwi, ni una banana, ni una frutilla, ni una naranja, ni un durazno. Una manzana. Todo por una manzana. El hombre tiene que trabajar por culpa de una manzana. Podría haber sido un chocolate Lindt, un tarro de dulce crema de leche Conaprole, un alfajor Havanna, un snicker, un mars, unos m & m's, un ferrero rocher, un bacci, unas galletitas Bridge, un pote de Nutella... La lista podría ser interminable. Pero no, nada más ni nada menos que una manzana. El mundo fue y será una porquería (ya lo sé) por culpa de un tal Adán y una tal Eva que quisieron una manzana. Una manzana.
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Espero que no estuviera arenosa...

martes, 15 de septiembre de 2009

observación

No entiendo muy bien por qué pero siempre, siempre en las películas románticas, boludas a más no poder, esas que te hacen llorar porque sabés que is just too good to be true, siempre la rica es "fea" (para aparecer en la pantalla grande se necesita algo más que belleza interior por eso el uso de comillas), mala y se queda sin el macho. Mientras que la desafortunada chica pobre es hermosa, buena, buena (a lo pan de dios) y obvio, se queda con el príncipe azul y todos sus súbditos (pero no los trata como esclavos, sino como mejores amigos, ya dije que era buena...). Otra observación que se podría hacer es que la buena es rubia y la mala, no tanto...

lunes, 14 de septiembre de 2009

tutti frutti

Erase una vez, hace varios años, una chica de 16 años que se fue de vacaciones a una remota ciudad de Francia. La chica nunca había ido al primer mundo, de más está decir que era bastante pobre, una más del pueblo. Se quedó en la casa de una amiga que se había mudado al primer mundo hacía un tiempito por varias razones, fundamentalmente económicas. La amiga de la chica iba a la facultad (pública, claro) y un día inesperado la chica, sedienta de conocimiento sugirió hacerse una aparición en la facultad del lugar. Fue a una clase de portugués cuando ella en el liceo había elegido aprender italiano. Esto debería haberla advertido que no era una buena idea. Al llegar, no entendía nada, solo escuchaba confusos "Oi" de diversos lados de la sala. Se había arrepentido de su decisión. Estaba aburrida y cansada de mutar. Cuando de repente se le ocurrió una idea brillante: ofrecerle a la amiga jugar al tutti frutti. La amiga fue fácilmente corrompida y accedió. Lo más extraño eran las categorías del juego:
  • Insultos
  • Degras, insulsos
  • Películas a NO ver
  • Cosas repugnantes
  • Comidas tóxicas (a evitar)
  • Cumbias
Se imaginarán que nada bueno salió de esta brillante idea...

domingo, 13 de septiembre de 2009

un día sin ti

Me despierto de malhumor y vos no estás ahí para levantarme el ánimo, para ayudarme a ver que hoy puede ser un gran día.
Es la media mañana y estoy cansada, sigo teniendo lagañas y te extraño a lot.
Es el mediodía y almorcé y te necesito porque no puedo almorzar y no tenerte.
Llega la tarde y el 5 o'clock tea no vale nada si no te tengo.
Me alcanzó la noche y estoy cansada porque tuve un día difícil y vos no estabas ahí y te necesito.
Ceno sin ganas porque ya sé que hoy no te voy a tener y tengo que esperar lo que el día de mañana me depara.
Estoy angustiada y quiero llorar porque no se si mañana vas a estar.

Café, por favor, volvé! Te necesito en mi vida porque sin tí no soy nada.

sábado, 12 de septiembre de 2009

dietas

Me molestan las dietas. Las odio con toda mi alma. Nunca llegué a seguir una de cerca. Mi estilo es empezarla el lunes de mañana y terminarla a la hora de la cena cuando me di cuenta que tocaban milanesas con puré. Yo ya desistí, ya sé que no estoy hecha para hacer dietas y que no me doy cuenta si tengo un kilo más o un kilo menos hasta que me pongo el pantalón que no cierra. En fin, a esta altura de mi vida me cago en las dietas. Creo que son más como un estilo de vida (tortuoso) que algo circunstancial para aprontarse para el verano.
Yo odio las dietas porque terminan siendo un estado de ánimo. En el mundo hay tres tipos de chicas:
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Las que se cagan en las dietas (no en el peso porque hoy por hoy nadie se caga en el peso).
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Las que viven a dieta pero comen más chocolate que vos (bah, más todo que vos). Siempre hay que estar pensando que pobrecita que desde la pre adolescencia está tratando de adelgazar pero llegado el momento te dan ganas de decirle a quién querés engañar, nadie se come que estás a dieta y además me cansaste con eso de que cada vez que te veo te tengo que decir que te noto más delgada (tal vez bajaste 100 gramos, hay que ser supportive), pero en realidad a vos ni el negro te ayuda. Así que todos preocupados por tu dieta y vos, comiendo alfajores a escondidas!
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La peor de todas es la que la hace de verdad. La que pasa hambre y se nota (uno de los síntomas más reconocidos es el malhumor constante). Es eso que todas tienen que felicitar, admirar, hasta envidiar. Pero who are we kidding?, la loca está sufriendo. Vive de malhumor, va a las fiestas y no come, realmente no come! Porque, seamos honestos, la comida de las fiestas no suele ser muy light; pero en realidad lo que preocupa a este tipo de chicas es que la nutricionista le dijo que esa noche le tocaba comer una rodaja de cebolla saltada sin aceite con morrón amarillo y tres hojas de rúcula y de postre helado light y al sobre! Hambre no creo que pase... Todas la idolatran menos yo que la miro y digo: pobre mina, se olvidó de lo que es el chocolate. Se cree que la sopita de calabaza es un manjar... Al final de cuentas pasó un año a dieta con 334 días de malhumor y adelgazó diez kilos, alegrémonos por su logro pero ahora viene lo más difícil, mantener el peso alcanzado...
Bye bye buen humor, hello calditos!
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Y aquí estoy, gordito como siempre esperando a pegar el estirón...

martes, 8 de septiembre de 2009

happy birthday to me, yey!

Llegó tu cumpleaños. That's it, un año más, vieja.
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Nunca voy a entender por qué todo el mundo está tan contento con los cumpleaños... La joda empieza bastante antes del día D. Unas semanas que dependiendo del entusiasmo que uno le ponga pueden ser más o menos. Primero el tema del regalo. Todos quieren saber qué te gustaría pero en realidad no se te ocurre nada y lo que se te ocurre no lo vas a poder pedir... Después el tema de la fiesta. ¿Qué vas a hacer? Todos están ansiosos por que festejes tu aniversario de nacimiento.
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Llega la medianoche, dicho sea de paso tuve que quedarme despierta para que precisamente a las cero horas alguien llame, pero nop, nadie llamó. 12.15 ya estás dormida, muerta de cansancio, rezando que no te despierten a la mañana (porque obvio el regalo ya lo recibiste), pero no, los demás no se quedaron despiertos esperando por tu cumple así que a las 8 de la mañana ya empieza a sonar el teléfono. El teléfono. Otro tema, todos llaman sin saber que decir, todo el día contando lo que te regalaron (escuchando la decepción en sus voces porque en realidad no les interesaba y obvio, no era tan fantástico), que si vas a hacer algo, y agradeciendo cada feliz cumpleaños que escuchas. Por si el teléfono fuera poco también está el celular y cara libro dónde cualquiera te felicita principalmente porque es gratis y después, claro porque avisa...
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Llega la noche, todo el día estuviste arreglando la casa para que la gente vaya a saludarte. Llegan, más "feliz cumpleaños" seguidos de otros tantos "gracias". Algún otro regalo que no siempre es del agrado de uno, mirandolo con la mejor cara de "me encantó" (no siempre sale) pero pensando "¿lo podré cambiar?". Charla de cumpleaños, más llamadas telefónicas pero esta vez de personas que no ves desde tu cumpleaños pasado. No sé porque pero esas gentes siempre llaman cuando estás en la micro reunión, tal vez es porque no se imaginan que un algo de todas formas hacés, lo que pasa es que no los invitaste.
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¡A soplar las velitas se ha dicho! Se apagan las luces, cantamos, una torta con bengala así que no se puede soplar (en realidad todo depende de cuánto quieras al que esté en frente...). Tres deseos: ser feliz, world peace y el tercero lo guardo para el año que viene que no se me ocurre nada. Ya cantamos una vez en español por eso solo faltan seis más, la versión mcdonald's, inglés, francés, italiano, portugués y obvio chino con el chinchulin chinchula ( si están de muy buen humor te inventan una en alemán y todo, es cuestión de suerte). Ya soplaste terminó, obviemos que es mi cumpleaños y disfrutemos la velada. Se sirve la torta pero nadie agarra, están tímidos... Una tiene que atreverse, así que el primer pedazo que ya dio tres vueltas porque nadie osó aceptarlo terminó en casa... Se come la torta y la gente empieza a retirarse. Se fueron todos, pero la velada no termina, ahora hay que recoger todo y lavar los vasos. Cuando te das cuenta son las cero horas de nuevo y tu cumpleaños ya pasó. Sobreviviste a otro año más.
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Post dedicado a todas las personas cínicas que no quieren envejecer. Se aclara, mi cumpleaños no fue del todo así.

martes, 1 de septiembre de 2009

overrated

La esponataneidad está totalmente overrated.