Me invitaron a ver el partido y no me pude negar. Me dio vergüenza decir que me cago en el football y más si juega Uruguay, además el plan incluía morfe así que acepté.
Llegué justito cuando empezaba el minuto 0. En el minuto 3 ya me estaba preguntando cómo carajo iba a aguantar esta hora y media haciendo la que me importa. ¿Qué hago si alguien mete un gol? ¿Cuál tiene que ser mi reacción? No sé, es muy posible que para mis adentros diga metieron un gol y ¿que?¿Cómo hago para fingir el entusiasmo? De todas formas no importa, con un poco de suerte cuando metan el gol voy a tener un buen pedazo de pizza en la boca y mi falta de emoción se resuma a que no quiero que todos vean mi muzzarella a medio digerir. Pero no, esta no iba a ser una opción porque se les ocurrió que para no perderse ni un segundo del partido había que hacer el pedido recién en el entretiempo. Ciaò pizza, nos vemos en cuarenta y pico de minutos. Y yo miraba y escuchaba. ¡Cómo corre el palito! ¿Está Messi? A mí me gusta Mascherano. Dicen que Mascherano tiene una pieza de un auto adentro por eso corre tan rápido... ¿Quién es Jonas Gutierrez? ¡Qué bueno que está Lugano! ¡Qué aburridos los del estadio que no cantan! Qué lindo el azul de la camiseta argentina. Tantos comentarios y yo callada... Se me ocurrió que podía participar: ¡qué fea la vincha del de violeta!
Yo estaba sorprendida cómo hacen para conocer a tantos jugadores yo solo conozco a Verón porque estaba en el album del mundial '98 (único album que llené en mi vida) y a Forlán porque hizo un aviso de alfajores (lo solía ver bastante seguido en los omnibus).
Terminó el primer tiempo y nada. Solo unas cuantas faltas de ambos lados pero ni miras de gol.
Se me dio. Llamaron al delivery. Pidieron la pizza que se tomó su tiempo en venir. Cuando al fin llegó ya estaba por empezar el segundo tiempo. Entre muzzarella, Coca Cola y fainá empecé a panicar. Imaginate que perdiste esta hora y pico de tu vida mirando un partido que termina 0 a 0. Un empate. Un empate mediocre. Grandes jugadores jugando horrible, tirando patadas por doquier y sin ningún gol. Necesito un gol. No me importa de quién. Un gol. Mis pensamientos fueron interrumpidos por un gol sí pero de Chile. Uruguay está salvado, sigue teniendo chances de ir al mundial. Nadie precisa el gol, solo yo.
Cambiaron a Messi por Tévez. Entró Cavani, dicen que corre, tal vez esta es la nuestra. ¡Goooooooooooolllllllllllllllll! de Argentina (esto lo sé porque nadie gritó a mi alrededor). No me di cuenta quién fue el autor. Un gol anónimo a mis ojos. Un gol anónimo que me dio esperanzas. Un gol que me robó una sonrisa. Al final no perdí una hora y algo de mi tiempo, bueno en realidad sí la perdí y no vuelve más pero hubo un gol y además seguimos teniendo chances de ir al mundial. Ya fue el gol, los argentinos están tranquis, van a ganar. Los uruguayos tratan de hacer algo pero no es grave, si le ganamos a un país de Centro América podemos llegar al mundial. Y echaron al pelado Caceres que resulta que no es pelado, es bastante peludo...
El partido no fue apasionante pero me conformo, un gol y me conformo. Ahora solo faltan unos minutos de partido. Los dos países clasificaron o siguen en carrera así que los jugadores se limitan a hacer tiempo, que termine. Creo en el fondo que era lo que todos querían. Que termine. Y terminó. Y el Cebolla Rodríguez se mandó una cagada y tiene tarjeta roja y yo no sé qué hizo porque a mí me enfocaron a Maradonna abrazandose con no sé quién.
Terminó y nada. El mundo sigue girando de la misma forma solo que ahora sé que el tipo de violeta con la vincha desagradable era el golero.