Erase una vez una chica que quería guardar su anonimato. No quería aparecer en cara libro. Había algo en las redes sociales que le generaba desconfianza. Un día ella se encontraba en una reunión con amigas cuando empiezan a sacar fotos y ella automáticamente se hace a un lado. Todas la incitan a acercarse para salir en la foto. Ella no quería porque sabía que la foto iba a terminar en cara libro lugar dónde ella no quería estar.
Finalmente la convencieron y le prometieron que no iba a aparecer ella en cara libro.
Un tiempo pasó y se reencontró con las chicas. La dueña de la cámara le contó orgullosa que había subido las fotos pero que ella no tenía de qué preocuparse. Ella pensó que bien entendieron mi punto y respetaron mi anhelo de privacidad. Y la amiga siguió hablando. En las fotos en las que vos aparecés tapé tu cara con un cuadrado negro, de ese modo nadie sabe que estás en cara libro.
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