Es cuando crees que nada más te puede pasar en el día de hoy que pisas un maraño con las botas suela tractor. Y ni siquiera lo pisaste con el pie izquierdo, viste que es como el consuelo de los losers, sí pisé un sorete pero es con el pie izquierdo, ahora voy a tener buena suerte... (vale para después de limpiar el zapato y/o cambiarlo por uno limpio). Pero bueno, hay que ver el lado bueno, ¿no? Resulta que ¡todo es posible! Y así en un abrir y cerrar de ojos te vuelve la esperanza. Los pájaros vuelven a cantar, las plantas florecen, las nubes se alejan...
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