Lou tiene un problema. En un lapso en el que bajó la guardia, dejó de pensar, permitió que sus neuronas se relajaran un rato, se hizo socia de groupon. La tentaron con una caja de bombones a $100. Artesanales. Deliciosos. Lejos, muy lejos. Los tenés que pasar a buscar con el cupón impreso dos o tres cuadras pasando la concha del tero. Si se preguntaban, no, Lou no los compró, leyó la letra chiquita al final del contrato antes de hacerlo y fue un turn off.
Bueno, el problema real de Lou es que ahora que es socia, Groupon no para de mandarle mails. Uno por día más precisamente. Demasiado para su gusto. Ni su madre le manda un mail por día. Y ahora Lou tiene una casilla llena y cuanto más llena más paja le produce abrir el mail. Está pensando seriamente en cerrar su cuenta para no recibir más mails de está asociación. Y para colmo de males, Lou se dio cuenta que es bastante improbable que compre algo por varias razones. Primero le da un poco de chucho poner su tarjeta de crédito en Internet. Segundo, las ofertas que recibió después de la endiablada oferta de los bombones son un brushing progresivo, 8 sesiones de ondas rusas (si alguien sabe lo que implica...), un masaje facial con microabrasión, 24 latas de guaraná brasilera, 8 sesiones de masaje reductor y electródos... Definitivamente not Lou's material...
Por favor si alguien se compró las latas de guaraná avisenle a Lou que se preguntó quién podría... (¿No es más fácil ir al super? ¿Es tan jodido conseguir guaraná?)