Injusticia, o el día en que Lou se dio cuenta que el mundo es injusto.
Esto pasó hace como dos años ya. Claro que Lou no se dio cuenta de que el mundo es injusto en este momento sino es este episodio el que hizo que Lou tuviera la certeza de que la vida es injusta y no hay vueltas. Tal vez en el paraíso... pero Lou, por ahora, vive en la Tierra, rodeada por mortales y así están las cosas...
Lou se fue con su familia, incluyendo a sus tíos y primos a pasar un fin de semana afuera. Iban a reconectarse con la naturaleza, hacer un poco de familia, relajarse, enfín, hacer todo eso que la gente hace cuando se va en familia lejos de la ciudad. Llegaron al lugar, almorzaron copiosamente, jugaron a juegos de mesa, salieron a recorrer el lugar y a la tardecita Lou decidió tomar una ducha. Se retiró a su habitación, miró un poco de tele y se fue a bañar.
Pensaba en como iba a disfrutar de la ducha caliente golpeando en sus hombros. Los masajes que se iba a dar en el cuero cabelludo cuando se pasara el shampoo y sonreía. Pero la sonrisa duró poco. Se desvistió, entró a la ducha, se mojó toda, se enjabonó y fue a ponerse el shampoo cuando se percató de que no había. ¿Qué iba a hacer ahora? Su castillo de arena se había desmoronado en un instante. Su sonrisa se desdibujó porque asumió que si no había shampoo, menos que menos iba a haber crema de enjuague. Y bueno, Lou respiró hondo y tomó una decisión rápida. Iba a lavar su hermosa cabellera que le rozaba las caderas con jabón. Así de simple. Jabón en barra. Sabía que no era perfecto, pero no quedaba otra, ya era demasiado tarde. Si tan solo pudiera volver el tiempo atrás. Y así fue que Lou se lavó el cabello con jabón.
Pero este no es el fin de la historia. Esta no es la moraleja.
Después de vestirse y desenredarse la maraña que le dejó el jabón en barra, Lou sale de la habitación y en el pasillo se encuentra con su tía. La tía la nota recién bañada y le pregunta si ella tenía shampoo en el baño ya que su marido se había bañado también pero no tenían shampoo en la habitación por lo que solo utilizó el acondicionador que ella había llevado. Por acá no se ve mucho la ironía del asunto ni la injusticia del mundo. Lo que ustedes no saben es que el tío de Lou es pelado. Desde que tiene 25 años (y ahora tiene más de 40).
Lou se lavó la cabellera que roza sus caderas con jabón y el tío se lavó la pelada con acondicionador.
La vida es injusta.
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